Las Turbas Republicanas: una herencia que la Nueva Derecha en Puerto Rico debe rechazar


Por: Josué David Zapata-Vázquez, estudió Ingeniería en la Universidad de Puerto Rico – Recinto de Mayagüez, posee una Maestría en Estudios Cristianos del Southeastern Baptist Theological Seminary y es profesor de Apologética Reformada del Seminario Reformado del Caribe.

ConservadoresPR.org – Lunes, 22 de abril de 2024

Calle con Manifestación Republicana en 1914, Aguadilla, Puerto Rico – Fuente: Tony Ramos1

En Puerto Rico había un dicho que dijo mi papá que decía: “No hay tamarindo dulce ni republicano bueno” en referencia a como el pueblo veía a los republicanos de principios del Siglo XX. Este frase se fue convirtiendo en una expresión popular utilizada generalmente para transmitir la idea de que no todo lo que parece agradable o beneficioso es realmente bueno. En otras palabras, sugiere que debemos ser cautelosos y no confiar ciegamente en las apariencias de las personas. Y es que para entender el contexto histórico de esta expresión tenemos que remontarnos a las turbas republicanas de los años 1900 a 1904. En Puerto Rico, utilizamos la palabra “turba” para describir a una persona que forma revoluces2 o “revolú”. “Revolú”, era una palabra del lenguaje coloquial que muy probablemente viene de la frase latina “revolutum”, raíz de la palabra en español “revolución”.

En el pasado la palabra revolución no siempre tuvo una connotación sociopolítica. En la astronomía de la edad media, se utilizaba el término “revoluciones” en el sentido de las vueltas que da un cuerpo celestial y para el siglo XVII se fue transformando su significado para significar un cambio trascendental, como por ejemplo “una revolución espiritual”, “una revolución de la moda”, o una “revolución científica”3. Fue a mediados del siglo XVII que se comenzó a utilizar la palabra para denotar cambios políticos, inicialmente sin tener la connotación de violencia. Es importante notar que el prefijo re- en “revolución” se refiere a un regreso a una situación anterior, y no a una transición a algo novedoso porque antes del siglo XIX, el pensamiento occidental que predominaba era tradicional y cíclico. Las personas de la época solo consideraban legítimas aquellas reformas e innovaciones que representaran un regreso a lo viejo.

Revoluciones, en su sentido más puro, eran realmente re-voluciones, describiendo un paso hacia atrás para volver a aparecer lo viejo o para regresar a los buenos y viejos tiempos. No fue hasta luego de la Revolución Francesa que la palabra revolución comenzó a tener un significado totalmente opuesto para referirse a cambios transcendentales, catastróficos, fundamentales o mas bien rupturas con el pasado con grandes connotaciones de violencia y desestabilidad. Así que, cuando en la mente de los puertorriqueños de antaño se habla de “revolú” y “turba” se piensa en tumultos, motines y violencia. Es fascinante descubrir cómo estos eventos históricos han dejado una huella en la sociedad puertorriqueña. 

Las palabras “turbas republicanas” a principios de Siglo XX, se usaban para hablar de un grupo de estadistas cuya conducta era tumultuosa y amotinada. Las turbas republicanas fueron cuadrillas violentas dirigidas por José Mauleón y Castillo, seguidor hasta la muerte de José Celso Barbosa, que por medio de motines y acciones armadas respaldaban las gestiones del Partido Republicano. En el libro Las turbas republicanas, 1900-1904 (Ediciones: Huracán, 1990) escrito por el sociólogo Mariano Negrón-Portillo da una visión detallada de este histórico periodo. En muchas ocasiones incluso recientes, los miembros del Partido Popular Demócratico (PPD) y escritores pro-independencia del periodico Claridad les recuerdan a los estadistas sobre este espacio de tiempo para criticarlos en el presente.

Aparte noticioso de la época – Fuente: alida-millan-ferrer – mayo 1, 20194

Este grupo de “turbas estadistas republicanas” o “cáfila Mauleónica” en referencia a su líder José Mauleón, recurrieron a tácticas de terrorismo contra los adversarios, acciones que según Millán Ferrer se asociarían más adelante con los nazis en Alemania y los fascistas en Italia.4  No solo habían ataques contra todos los que no eran republicanos o americanos sino que a su vez lograron causar una ruptura en el movimiento obrero seduciendo a sus lideres con “puestos y dinero”. Algo que no iba a la par con las palabras de José Celso Barbosa que decía que: “…hoy la Superioridad se manifiesta, no en la raza, no en la mayor o menor cantidad de materia colorante en la piel; la superioridad depende de la cantidad de sustancia gris, de la fineza de las circunvalaciones cerebrales, de la educación, de la voluntad, de la preparación moral, del medio ambiental, de la gimnasia intelectual, factores esenciales para la superioridad individual y colectiva6

El contexto que rodeaba ésta situación es que en el 1900, se aprobó la Ley Foraker, conocida como la Acta Orgánica, que estableció un gobierno civil permitiendo el comercio libre entre la isla y los Estados Unidos y convirtiendo así a Puerto Rico en el primer territorio no incorporado de los Estados Unidos. Este evento ocurre durante la presidencia del republicano William McKinley quien un año después en 1901 se convirtiera en el tercer presidente asesinado en el cargo tras Abraham Lincoln y James A. Garfield, al ser tiroteado por el anarquista Leon Czolgosz. Aunque para la mayoría del liderato político puertorriqueño, la “llegada de los americanos” significó la esperanza de que se establecerían las reformas liberales sociales, económicas y políticas por las que tanto lucharon durante el régimen español7, por el contrario en el periódico que Luis Muñoz Rivera fundó el 5 de enero de 1900, “Diario de Puerto Rico” para servir de portavoz del Partido Federal, desde sus páginas denunciaba atropellos del gobierno estadounidense con la Ley Foraker y los seguidores del Partido Republicano de Puerto Rico, organizado por José Celso Barbosa. El periódico desapareció el 18 de septiembre del mismo año, luego de varios ataques de las llamadas turbas republicanas8.

En los años posteriores se crearía indirectamente e implícitamente en la mente del puertorriqueño una imagen negativa de los republicanos y de todo lo que significara los Estados Unidos de América. Es importante destacar que durante los doce años posteriores a la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos en 1899, los principales líderes isleños se centraban en la ciudadanía estadounidense pues argumentaban que los puertorriqueños merecían poder político como estadounidenses, independientemente de su raza u origen étnico.9 Y mientras se iban acumulando decisiones de la Corte Suprema y políticas federales consistentes con esta visión, con el tiempo, los puertorriqueños rompieron con esta visión argumentando que los puertorriqueños son diferentes a los estadounidenses y que Puerto Rico debería ser independiente. Es ahí donde nace el nacionalismo puertorriqueño moderno cuyo catalizador principal se produjo en 1913, después de que los demócratas tomaran el control de Washington por primera vez desde la anexión de Puerto Rico.9

Años después el Presidente Demócrata, Woodrow Wilson, el 2 de marzo de 1917 firma la Ley Jones y con ella llega a Puerto Rico la ciudadanía estadounidense para los puertorriqueños cuya ciudadanía se obtenía solamente si los padres eran ciudadanos estadounidenses,11 luego de que el Representante Demócrata por Virginia, William Jones radicara en el Congreso el proyecto de la nueva ley orgánica para la Isla, que sustituiría la Ley Foraker, que desde 1900 hasta 1917 otorgó la ciudadanía a las personas nacidas en Puerto Rico después del 189812. A pesar de ser un avance para el status de los isleños, esta ley de 1917 no otorgó derechos plenos a los puertorriqueños. Por ejemplo, la gente de Puerto Rico no tenían derecho a juicio ante jurado. Sin embargo, sí abrió la posibilidad para que muchos hombres puertorriqueños fueran reclutados por la milicia causando así que 18,000 hombres puertorriqueños sirvieran en la Primera Guerra Mundial.12

En 1921, por una combinación entre una profunda crisis económica junto con el cambio en la ciudadanía puertorriqueña, estos eventos motivaron una década de migración de puertorriqueños a los Estados Unidos continentales. Veronica Stickelman comparte el dato de que “la cantidad de puertorriqueños residentes en el territorio continental de los Estados Unidos subió de 1,513 en la década de los 1910 a 11,811 en la década de los 1920.12 Una década después en 1934, Pedro Albizu Campos encabeza una huelga agrícola en toda la isla que paralizó la economía insular y terminó sólo cuando los salarios de los trabajadores de la caña de azúcar aumentaron a 1.50 dólares por día, más del doble de lo que habían estado recibiendo. La reacción en los Estados Unidos fue inmediata. Un general del ejército llamado Blanton Winship fue enviado como gobernador y el oficial de Inteligencia Naval E. Francis Riggs fue nombrado Jefe de Policía.

Inmediatamente militarizaron a la Policía Insular, y el día 24 de octubre de 1935, la policía mató a cuatro nacionalistas (incluyendo al tesorero del partido, Ramón Pagán) en lo que luego se llamó la Masacre de Rio Piedras. y el 28 de octubre de 1935, Riggs declaró “Guerra a muerte contra todos los puertorriqueños”15. El 23 de febrero de 1936, como represalia por las muertes de la Masacre de Rio Piedras, dos nacionalistas, Hiram Rosado y Elías Beauchamp, asesinaron al coronel Riggs, tras ser capturados y llevados a un cuartel de la policía en el Viejo San Juan, Rosado y Beauchamp fueron acribillados por los policías, quienes nuevamente alegaron defensa propia con las tres muertes de este fatídico día, ascendían a ocho, hasta el momento, las victimas del enfrentamiento entre policías y nacionalistas, iniciado a finales de 1935.

Pero la masacre de Rio Piedras no fue último conflicto violento sino que como reseña Edgardo Pratts, “Todo ese escenario sirvió para que el Gobernador Yanki Blanton Winship ordenará la Masacre de Ponce el domingo de Ramos del 21 de marzo de 1937, que dejó el saldo de 21 muertos y 200 heridos.15 Es importante recaltar para nuestro escrito que tanto los eventos de la Masacre de Rio Piedras como la Masacre de Ponce ocurrieron bajo la Presidencia de Franklyn Delano Roosevelt el cual era del partido demócrata pero el sentimiento antiamericano era tan profundo que no importaba de que partido de los Estados Unidos estuviera viniendo la hostilidad.

En 1938, Luis Muñoz Marín comenzó una ardua campaña política en la zona rural llamada “Vergüenza contra dinero”17 . Como reseña Claribel Maldonado18, Luis Muñoz Marín “usó la consigna como parte de su campaña política para llegar al corazón del pueblo trabajador dónde también estaba la fuerza del voto versus la fuerza de los bolsillos de los más potentados que eran menos en la población. Capitalizó un poco basado en la lucha de clases entre patrones y proletarios, aun no siendo él un obrero de la caña o un agricultor y sí altamente educado para la época. Muñoz atacó las fuerzas que intentaban comprarle el voto a los jíbaros por medio de la campaña ‘Vergüenza contra dinero’ apelando a la dignidad de darse a respetar y no vender su conciencia junto al derecho democrático, aun cuando todavía se padecía de hambre. El resultado final: ganó las elecciones y buscó condiciones para satisfacer las carencias del Pueblo desde aquél 1940.”

Esta campaña era el reflejo de como los puertorriqueños veían a los patrones estadounidenses y a los politicos republicanos. Para poder ejemplificar el odio que los puertorriqueños han desarrollado contra el republicanismo y como se extiende hasta nuestros días les citaré las palabras de José Arsenio Torres:

En los comienzos del siglo pasado, a partir de la invasión norteamericana hasta 1940, el republicanismo puertorriqueño — hoy PNP — escenificó en nuestro cuerpo político la conducta más despreciable de nuestra historia: la violencia y la compra de votos a falta de respaldo público para el asimilismo político y las consecutivas derrotas, de 1904 a 1932. El cáncer de aquella organización política — republicanos de Barbosa, y luego de Rafael Martínez Nadal — desde 1904, se manifestó en la violencia organizada y la compra de votos.  Luis Muñoz Rivera, el líder del autonomismo y de Puerto Rico en la última década del siglo 19, y durante década y media del siglo 20, tuvo que abandonar el País, amenazada su vida por los republicanos de Barbosa.  Le destruyeron su imprenta de la Democracia, y a falta de votos aterrorizaron el País con lo que vino a llamarse “las turbas republicanas”, que se  extendieron hasta 1940.

-José Arsenio Torres, El Regreso de las Turbas Republicanas (2013)19

Arsenio Torres en este escrito iguala al republicanismo puertorriqueño con el Partido Nuevo Progresista actual. El problema es que la mayoría de los líderes de este partido en la actualidad incluyendo su actual presidente y Gobernador de Puerto Rico, son líderes del Partido Demócrata en Puerto Rico. E incluso como reseñé en otro de mis escritos20, “En Puerto Rico, no fue sino hasta finales de la década de 1970, que ese panorama cambió completamente, (donde el Partido Popular Democrático era el portavoz del Partido Demócrata y el Partido Nuevo Progresista era el portavoz del Partido Republicano en Puerto Rico), luego de que Carlos Romero Barceló fuera electo gobernador de Puerto Rico logrando que el dominio que por años había tenido el Partido Popular Democrático en el Partido Demócrata en la isla comenzara a quebrarse… Carlos Romero Barceló, Franklyn Delano López y Benny Franki Cerezo se embarcaron en la misión de mover al Partido Nuevo Progresista hacia el lado demócrata con el propósito de equilibrar las piezas del ajedrez político a favor de una estrategia bipartita estadounidense en pro de la Estadidad para Puerto Rico.”

La Nueva Derecha en Puerto Rico representada por un grupo de nuevos lideres prometedores debe reconocer que hay una herencia que trae llamarse republicano en Puerto Rico y debemos mostrarle al Pueblo de Puerto Rico que rechazamos todo lo que representa esa herencia. Hay conservadores serios y comprometidos que son parte de esta Nueva Derecha en todas las trincheras, en todos los partidos políticos en Puerto Rico, entre los independientes, no afiliados a ningún partido y un gran número que planifican abstenerse en estas elecciones. A diferencia de Estados Unidos actualmente, nosotros los conservadores estamos diluidos desde diferentes flancos. Y esa es la razón principal por la que los conservadores no logramos tener una voz clara y diáfana en las elecciones. Ha llegado la hora de que los verdaderos conservadores nos unamos aún cuando decidamos cada uno quedarnos en nuestra trinchera partidista o afiliación independiente.

El futuro de Puerto Rico está en juego en estas elecciones, es momento de que rechacemos la herencia pseudo-republicana de la historia, nos paremos de frente ante la ola avasalladora de la izquierda que busca atentar contra la justicia de nuestros tribunales, la educación de nuestros hijos y el progreso de nuestra economía. Como puertorriqueños conservadores, debemos formar un frente unido y votar de manera informada por aquellos candidados que estan comprometidos y dispuestos a defender nuestros principios y libertades.

El voto es nuestra voz, y juntos podemos construir un futuro brillante para nuestra isla.
¡Hagamos que cada voto cuente en noviembre de 2024!

Josué David Zapata-Vázquez, estudió Ingeniería en la Universidad de Puerto Rico – Recinto de Mayagüez y trabaja como analista de negocios de TI en Medtronic. Posee una Maestría en Estudios Cristianos del Southeastern Baptist Theological Seminary y es profesor de Apologética Reformada del Seminario Reformado del Caribe. Josué David se describe a sí mismo como un cristiano salvado por la gracia de Dios. Es esposo de Catherine Marie y padre de Amanda Ester y Victoria Sofía. Sus intereses abarcan la música, la lectura de libros de teología, el ajedrez y la tecnología.

Fuentes:

  1. Aguadilla, Puerto Rico. Calle con Manifestación republicana 1914 Aguadilla | Puerto rico history, Aguadilla, Puerto rico (pinterest.com) ↩︎
  2. Los Turbas – Archivo del Diario Vegabajeño de Puerto Rico Segunda Etapa de Diciembre 2012 a Octubre 2016 (diariovegabajeno.com) ↩︎
  3. Evolución y revolución: orígenes y significado | losrumbosdelcambio ↩︎
  4. La Federación Libre, las Turbas y los Mártires Obreros, 1899-1902 – Claridad (claridadpuertorico.com) ↩︎
  5. La Federación Libre, las Turbas y los Mártires Obreros, 1899-1902 – Claridad (claridadpuertorico.com) ↩︎
  6. Dr. José Celso Barbosa – 100 años de su Muerte – Archivo Digital Nacional de Puerto Rico (adnpr.net) ↩︎
  7. La ‘americanización’ de Puerto Rico – EnciclopediaPR ↩︎
  8. Luis Muñoz Rivera – EnciclopediaPR ↩︎
  9. La historia de los derrotados: americanización y romanticismo en Puerto Rico, 1898-1917. San Juan, Puerto Rico: Ediciones Laberinto, 2019. Pp. 295. paper (ISBN 9781950414024 ). – ProQuest ↩︎
  10. La historia de los derrotados: americanización y romanticismo en Puerto Rico, 1898-1917. San Juan, Puerto Rico: Ediciones Laberinto, 2019. Pp. 295. paper (ISBN 9781950414024 ). – ProQuest ↩︎
  11. ¿Cómo llegó a Puerto Rico la ciudadanía estadounidense? – Metro Puerto Rico ↩︎
  12. The Puerto Rican Philly Experience · 1920s: La Ley Jones Convierte a los Puertorriqueños en Ciudadanos de los Estados Unidos · HSP Exhibits ↩︎
  13. The Puerto Rican Philly Experience · 1920s: La Ley Jones Convierte a los Puertorriqueños en Ciudadanos de los Estados Unidos · HSP Exhibits ↩︎
  14. The Puerto Rican Philly Experience · 1920s: La Ley Jones Convierte a los Puertorriqueños en Ciudadanos de los Estados Unidos · HSP Exhibits ↩︎
  15. A 85 Años de la masacre de Río Piedras – Claridad (claridadpuertorico.com) ↩︎
  16. A 85 Años de la masacre de Río Piedras – Claridad (claridadpuertorico.com) ↩︎
  17. Muñoz MarÍn, Luis — Enciclopédia Latinoamericana ↩︎
  18. ¡Vergüenza Contra Dinero! Entre desajustes de la deuda y la ideología de género | Buenas Nuevas ↩︎
  19. José Arsenio Torres Opina: El Regreso de las Turbas Republicanas (josearseniotorresopina.blogspot.com) ↩︎
  20. ¡Mucho Cuidado con los Camaleones, RINOs y los CINOs en Puerto Rico! – ConservadoresPR.org ↩︎

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